sábado, 25 de septiembre de 2004

"La confianza no la regalan"

Desde Helenio Herrera (q.e.p.d.) los entrenadores aprendimos que en muchas ocasiones el entrenador debe mirar hacia otro lado para no verlo todo. H.H. precursor y maestro en técnicas psicológicas, le decia en ocasiones a Angel Mur padre (q.e.p.d.) que preparara para el domingo unas bolitas de pan, que tuvieran aspecto de pastillas, de grageas, inofensivas, un placebo. Antes de algunos partidos ponia su mano encima del cuello del jugador y le decia que se tomara “la pastilla”. El jugador creia que con su ingestión su rendimiento se veria aumentado y seria el mejor. Los jugadores tenian una gran confianza en su entrenador y formaban un gran equipo se la tomaban siempre. El partido se ganara o se perdiera dejaba sin importancia real la anécdota de los placebos.

Después H.H. tambien tuvo que superar las dificultades de vestuarios que no siempre le dieron su confianza, pero nunca en su época los jugadores llegamos a manifestar un descontento general que derivara en una escapada a pesar de ser dirigidos por entrenadores tan o mas peculiares.

Hoy seguramente H.H. tendría que sufrir lo que le ha ocurrido a José Antonio Camacho. La plantilla del Real Madrid no ha confiado en él, no le han entregado su confianza. Le han tenido miedo, pero creo mas por lo que no sabe que por lo que él ha estado reclamando que sabe. La primera obligación que tiene el Entrenador es sacarle rendimiento a su plantilla. Para transformarla a imagen y semejanza se necesita estar muy preparado, resultados deportivos que te darán el tiempo necesario y la colaboración, tanto del vestuario como del Presidente.

No parece que ésta plantilla del Real Madrid haya querido imponer nada a Camacho, por otra parte moneda de cambio en muchos vestuarios del fútbol español donde casi siempre el entrenador acepta esa ley no escrita de no molestar. Teniendo que atender agendas disparatadas, el número preferido, las mangas largas o cortas. En la victoria siempre ganan ellos y cuando se pierde el error o es del entrenador, de los compañeros, del campo… y se repiten con tanta frecuencia que aburren por ignorantes y egoístas

Camacho se fue en su estilo pero creo que la plantilla del Real Madrid quería otro dialogo para el que debemos estar preparados los entrenadores del fútbol profesional.

viernes, 27 de agosto de 2004

El Talento

En todas las épocas los jugadores de fútbol con talento excepcional han hecho de este deporte unos espectáculos apasionantes para las masas, con grandes movimientos económicos, profundos cambios en la presentación, en la información, políticos y sociales de gran trascendencia. A pesar de que lo intentan una y otra vez el resultado deportivo sigue sin poder controlarse totalmente, puesto que hoy como ayer sigue dependiendo en gran parte de saber jugar, querer jugar, saber que formas parte de un equipo y lo que esto significa, respeto a las decisiones de los árbitros, aficionados, adversarios, al Entrenador y tener una pizca de suerte para que cuando el balón dé en el palo entre.

La lectura de un articulo de David Gistau en el que decia entre otras cosas que la inspiración futbolística es una especie de milagro siempre renovado, un regalo que ni sabemos muy bien por qué nos es dado ni cuando nos será arrebatado. A todo el que vive de un talento espontáneo, de un don natural que no sabe muy bien por qué le ha sido dado, le inquieta que el milagro no se repita con la frecuencia que quisiera. El temor al partido en blanco, a la pérdida del don espontáneo.

Personalmente creo que estos dones se alargan, incluso se controlan bastante, con la máxima dedicación, tratando de aprender cada dia del juego, de sus reglas, de los contrarios, de los entrenadores que dedican sus conocimientos a la corrección de los errores que inevitablemente se producen, para mejorarlos, aspecto este que en muchos jugadores profesionales curiosamente, es, inversamente proporcional a las ganancias.

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